27 octubre, 2006

Esos seres alados (3)


"Porque más allá de tu personaje
de quien quise saber fue de ti
yo quería que fueras feliz
un agua calma inundará tu
pecho de cariño..."


Milton Nascimento


Trece años ya...

20 octubre, 2006

Para hacer un talismán


Para Hacer Un Talismán

Se necesita sólo tu corazón
hecho a la viva imagen de tu demonio
o de tu dios.
Un corazón apenas, como un crisol
de brasas para la idolatría.
Nada más que un indefenso corazón
enamorado.
Déjalo a la intemperie,
donde la hierba aúlle sus endechas
de nodriza loca
y no pueda dormir,
donde el viento y la lluvia dejen caer
su látigo en un golpe de azul escalofrío
sin convertirlo en mármol y sin partirlo
en dos,
donde la oscuridad abra sus madrigueras
a todas las jaurías
y no logre olvidar.
Arrójalo después desde lo alto de su amor
al hervidero de la bruma.
Ponlo luego a secar en el sordo regazo
de la piedra,
y escarba, escarba en él con una aguja fría
hasta arrancar el último grano
de esperanza.
Deja que lo sofoquen las fiebres
y la ortiga,
que lo sacuda el trote ritual
de la alimaña,
que lo envuelva la injuria hecha
con los jirones de sus antiguas glorias.
Y cuando un día un año lo aprisione
con la garra de un siglo,
antes que sea tarde, antes que se convierta
en momia deslumbrante,
abre de par en par y una por una todas
sus heridas: que las exhiba al sol
de la piedad,
lo mismo que el mendigo, que plaña su
delirio en el desierto,
hasta que sólo el eco de un nombre
crezca en él con la furia del hambre;
un incesante golpe de cuchara contra
el plato vacío.
Si sobrevive aún,
si ha llegado hasta aquí hecho a la viva
imagen de tu demonio o de tu dios,
he ahí un talismán más inflexible
que la ley,
más fuerte que las armas y el mal
del enemigo.
Guárdalo en la vigilia de tu pecho
igual que a un centinela.
Pero vela con él.
Puede crecer en ti como la mordedura
de la lepra,
puede ser tu verdugo.
¡El inocente monstruo, el insaciable
comensal de tu muerte!

Olga Orozco
de "Los Juegos Peligrosos", 1962

13 octubre, 2006

Océano Mar (2)

Pero después la vida no sigue como tú te la imaginas. Recorre su camino. Y tú el tuyo. Y no son el mismo camino. De manera que… no es que yo quisiera ser feliz, eso no. Quería salvarme, eso, salvarme. Pero comprendí muy tarde por qué lado había que andar: por el lado de los deseos. Uno se espera que sean otras las cosas que salvan a la gente: el deber, la honestidad, el ser buenos, el ser justos. No. Son los deseos los que salvan. Son la única cosa verdadera. Si tú estás con ellos te salvarás. Pero lo comprendí demasiado tarde. Si le dejas tiempo a la vida, ella da vueltas de una manera extraña, inexorable: y tú te das cuenta de que en ese punto no puedes desear algo sin hacerte daño. Es allí donde salta todo, no hay modo de escaparse, cuanto más te agitas más se enmaraña la red, cuanto más te rebelas más te hieres. No se puede salir de allí. Cuando ya era demasiado tarde, yo empecé a desear. Con toda la fuerza que tenía. Me hice tanto daño que ni siquiera te lo puedes imaginar.

Alessandro Baricco
Océano Mar



Heath Ledger (Ennis) - Brokeback Mountain


Non è che la vita vada come tu te la immagini. Fa la sua strada. E tu la tua. E non sono la stessa strada. Cosi'...Io non è che volevo essere felice, questo no. Volevo... salvarmi, ecco: salvarmi. Ma ho capito tardi da che parte bisognava andare: dalla parte dei desideri. Uno si aspetta che siano altre cose a salvare la gente: il dovere, l'onestà, essere buoni, essere giusti. No. Sono i desideri che salvano. Sono l'unica cosa vera. Tu stai con loro, e ti salverai. Però troppo tardi l'ho capito. Se le dai tempo, alla vita, lei si rigira in un modo strano, inesorabile: e tu ti accorgi che a quel punto non puoi desiderare qualcosa senza farti del male. E' lì che salta tutto, non c'è verso di scappare, più ti agiti più si ingarbuglia la rete, più ti ribelli più ti ferisci. Non se ne esce. Quando era troppo tardi, io ho iniziato a desiderare. Con tutta la forza che avevo. Mi sono fatta tanto di quel male che tu non puoi nemmeno immaginare.

Alessandro Baricco
Oceano Mare