30 julio, 2007

Willie and Phil

Ray Sharkey (Phil) y Michael Ontkean (Willie)


Willie – Quiero a Phil tanto como a vos. ¿Pero, por qué? No soy homosexual ni tengo inclinación por los italianos. Estoy loco por vos.

Jeanette - ¿Y por qué hay que darle a todo una explicación?


Ray Sharkey (Phil), Michael Ontkean (Willie) 
y Margot Kidder (Jeanette )

27 julio, 2007

Cielo


Cerro Tololo Interamerican Observatory - CTIO


La vida se me va...Quién sabe a dónde
con la luz parte...Sigilosamente
de mí se aleja sin decir a dónde.
Lo mismo que un amigo
que me abandona sin decir palabra,
que me abandona en soledad conmigo.
Si le pregunto: ¿A dónde vas, a dónde?
se sonríe no más, plácidamente,
sin dejar de partir quién sabe a dónde.
Le grito con angustia:
Mírame aquí, viviente, vivo. ¿A dónde
quieres que te siga? -Y con risa mustia,
"Tú no eres yo" -doliente me responde.

Pär Lagerkvist

25 julio, 2007

Lo que no está


Pablo Picasso

Nunca alcanzamos completamente el objetivo que nos proponemos. Es imposible y hasta peligroso satisfacer el deseo. ¿Cuándo has visto un cuadro terminado? Ni un cuadro ni nada. Pobre de ti el día que se diga que está acabado. ¿Termina una obra? ¿Acaso un cuadro? ¡Qué tontería! Terminar algo quiere decir acabar con ello, matarlo, quitarle el alma, darle la puntilla. El valor de una obra de arte está en lo que no está.
Pablo Picasso

24 julio, 2007

Espineles




Soy de la orilla brava del agua turbia y la correntada
que baja hermosa por su barrosa profundidad;
soy un paisano serio, soy gente del remanso Valerio
que es donde el cielo remonta el vuelo en el Paraná.
Tengo el color del río y su misma voz en mi canto sigo,
el agua mansa y su suave danza en el corazón;
pero a veces oscura va turbulenta en la ciega hondura
y se hace brillo en este cuchillo de pescador.
Cristo de las redes, no nos abandones
y en los espineles déjanos tus dones.
No pienses que nos perdiste, es que la pobreza nos pone tristes,
la sangre tensa y uno no piensa más que en morir;
agua del río viejo llevate pronto este canto lejos
que está aclarando y vamos pescando para vivir.
Llevo mi sombra alerta sobre la escama del agua abierta
y en el reposo vertiginoso del espinel
sueño que alzo la proa y subo a la luna en la canoa
y allí descanso hecha un remanso mi propia piel.
Calma de mis dolores, ay, Cristo de los pescadores,
dile a mi amada que está apenada esperándome
que ando pensando en ella mientras voy vadeando las estrellas,
que el río está bravo y estoy cansado para volver.
Cristo de las redes, no nos abandones
y en los espineles déjanos tus dones

Jorge Fandermole

Video

19 julio, 2007

Cookies


Stranger than fiction (2006) Marc Foster


Will Ferrell (Harold) y Maggie Gyllenghaal (Ana)


Harold: ¿Cuándo fue que te decidiste a ser repostera?

Ana: Oh, en la universidad

Harold: Ah, ¿como una “universidad de repostería"?

Ana: No, fui a la escuela de leyes en Harvard

Harold: Oh, oh, bue.. lo siento, sólo pensé… lo siento

Ana: No, está bien. No la terminé… yo…

Harold: ¿Pasó algo?

Ana: En realidad no. Apenas fui aceptada. Apenas en serio. Por la única razón que me dejaron ir fue por mi ensayo. Cómo iba a hacer del mundo un mejor lugar mediante mi título. Y fui ahi pensando, bueno, que podría hacer una diferencia, y... bueno… la escuela de leyes de Harvard tiene a la gente más inteligente del mundo, gente que algún día le dará forma a la Tierra, y es competitiva y viciosa y agotadora, y teníamos que participar de unas sesiones de estudio, mis compañeros y yo, toda la noche. A veces durante dos días seguidos sin parar, asique… solía cocinar, galletitas casi siempre, para que nadie pasara hambre mientras trabajábamos. Solía cocinar toda la tarde en la cocina de los dormitorios antes de una larga sesión de estudio y escribía todo lo que hacía en uno de esos cuadernos Mead negros que venden al por mayor en la librería del campus. Y llevaba mis cositas a los grupos de estudio… y a la gente le encantaba. Galletas de avena. Barras de mantequilla de maní. Chispas de chocolate y nuez de macadamia. Y todos comían y estaban contentos y estudiaban más y les iba mejor en los exámenes, y más gente se unía a los grupos y los grupos mejoraban y yo traía más cosas para picar y trataba de encontrar mejores recetas y los resultados cada vez eran mejores, y de pronto eran medialunas con queso y damasco, barras de moca con baño de almendras, y tartas de limón con capa de durazno y nuestro grupo de estudio se hizo famoso en todo Cambridge: no porque tuviéramos los apuntes más completos, o la gente más inteligente sino porque teníamos la mejor comida.
Y al final de la primavera tenía veintisiete compañeros de estudio, ocho cuadernos llenos de recetas… y un promedio de D… asique abandoné. Me hice a la idea de que si iba a hacer del mundo un lugar mejor lo haría con galletas… ¿Te gustaron?

Harold: Sí, me gustaron…

Ana: Me alegro.

Harold: Gracias por obligarme a comerlas.

Ana: ...de nada.


17 julio, 2007

Mapas




FIESTA

He desplegado mi orfandad
sobre la mesa, como un mapa.
Dibujé el itinerario
hacia mi lugar al viento.
Los que llegan no me encuentran.
Los que espero no existen.
Y he bebido licores furiosos
para transmutar los rostros
en un ángel, en vasos vacíos.
Alejandra Pizarnik
(de Los Trabajos Y Las Noches, 1965)

15 julio, 2007

Cabeceando


Alvin Langdon Coburn - Portland Place, Londres (1908)


Aburrimiento


También esta noche pasará
Esta soledad alrededor
titubeante sombra de los cables del tranvía
sobre el húmedo asfalto
Miro las cabezas de los cocheros
medio dormidos
cabecear

Giuseppe Ungaretti

14 julio, 2007

Oh, la felicidad

Edward Hopper - Nighthawks (Halcones nocturnos)

Aquellas dos imágenes le habían entrado por los ojos como la instantánea percepción de la felicidad absoluta y sin condiciones. Se las llevaría consigo para siempre. Porque es así como te fastidia la vida. Te pilla cuando todavía tienes el alma adormecida y siembra en su interior una imagen, o un olor, o un sonido que después ya nunca puedes sacarte de encima. Y aquélla era la felicidad. Lo descubres después, cuando ya es demasiado tarde. Y ya eres, para siempre, un exiliado: a miles de kilómetros de aquella imagen, de aquel sonido, de aquel olor. A la deriva.


Alessandro Baricco
Tierras de cristal

09 julio, 2007

Ah, el amor (9)

My Own Private Idaho (Mi Mundo Privado, 1991) - Gus Van Sant

Mike: Ey, Scott, ¿a dónde te vas?

Scott: Se siente bien huir de todo

Mike: Ya lo creo

Scott: Cuando me fui de casa, la mucama me preguntó a dónde me iba. Yo le dije “a cualquier lado, a cualquier lado, que tengas un buen día”

Mike: ¿Tenés mucama?

Scott: Si



 

Mike: Si yo hubiera tenido una familia normal y una buena crianza… entonces hubiera sido una persona bien ajustada

Scott: Eso depende de a qué llames normal

Mike: si, claro. Bueno, ya sabés, normal… un padre, una madre… y un perro y boludeces así. Normal. Normal.

Scott: ¿Entonces no tuviste un perro normal?

Mike: No, no tuve un perro

Scott: ¿No tuviste un… padre normal?

Mike: No tuve un perro o... o... o un padre normal de todos modos. Está bien. No siento lástima de mí mismo. Yo siento que estoy… yo siento que estoy… ya sabés… bien ajustado

Scott: ¿Qué es un padre normal?

Mike: No lo sé... Me gustaría hablar con vos. Quiero decir, me gustaría hablar en serio con vos. Estamos hablando ahora… pero ya sabés…

Scott: No sé...




Mike: Yo… yo no siento que pueda estar… yo no siento que pueda estar cerca de vos. Quiero decir, estamos cerca, pero, quiero decir… ya sabés… umm... ¿qué tan cerca? Quiero decir… no sé … en fin…

Scott: ¿Qué?

Mike: ¿Qué significo para vos?

Scott: ¿Qué significás para mí? Mike, sos mi mejor amigo.

Mike: Lo sé, y… lo sé, sé que soy tu amigo. Somos buenos amigos y es bueno ser… ya sabés… buenos amigos. Es una gran cosa.

Scott: ¿Entonces?

Mike: Entonces yo sólo… Está bien, podemos ser amigos.

Scott: Yo sólo tengo sexo con un tipo por dinero

Mike: Sí, lo sé

Scott: Y dos tipos no pueden amarse entre si

Mike: No. Bueno... no sé… quiero decir… quiero decir, para mí… yo podría amar a alguien aún cuando… ya sabés… no me pagara para eso. Yo te amo… y vos no me pagás.

Scott: Mike…

Mike: De veras quiero besarte… bueno, buenas noches… Igual te amo… y lo sabés… realmente te amo.

Scott: Está bien. Vení para acá, Mike. Es sólo que… vení. Vamos a dormir. Vamos.



05 julio, 2007

Amigos (8)

Cesare Pavese con un grupo de amigos.


Escuchar esas conversaciones, ser amigo de Nuto, conocerlo así, me hacía el efecto de tomar vino y oír música. Me avergonzaba ser solamente un chico, un sirviente, no saber conversar como él, y me parecía que por mí mismo nunca lograría hacer nada. Pero él me daba confianza, me decía que quería enseñarme a tocar la trompeta, llevarme a las fiestas de Canelli, hacer que acertara diez tiros en el blanco. Me decía que el ignorante no se distingue por el trabajo que hace sino por cómo lo hace, y que algunas mañanas al levantarse también él sentía deseos de sentarse en el taller y fabricar una hermosa mesa. -¿De qué tienes miedo? -me decía-, las cosas se aprenden haciéndolas. Basta con tener ganas... Corrígeme si me equivoco.
En los años siguientes, aprendí muchas otras cosas de Nuto, o quizás tan sólo era que estaba creciendo y empezaba a entender por mí mismo. Pero fue él quien me explicó por qué Nicoletto era tan basura. -Es un ignorante -me dijo-, cree que porque vive en Alba y lleva zapatos todos los días y nadie lo obliga a trabajar vale más que un campesino como nosotros. Y en su casa lo mandan a la escuela. Sabes que los suyos lo mantienen trabajando sus tierras. Él ni siquiera se da cuenta -. Fue Nuto quien me dijo que con el tren se va a todas partes, y que cuando terminan las vías comienzan los puertos, que los barcos tienen itinerarios, todo el mundo es una red de rutas y de puertos, un itinerario de gente que viaja, que hace y que deshace, y en todas partes hay gente capaz y gente necia. Me dijo también los nombres de muchos países y que bastaba con leer el diario para encontrar nombres de todos los orígenes. Así, algunos días en que estaba en la propiedad, en los viñedos sobre el camino cavando al sol, y oía llegar el tren entre los durazneros y llenar con su ruido todo el valle yendo o viniendo de Canelli, en esos momentos me quedaba sobre la azada, miraba el humo, los vagones, miraba hacia Gaminella, el palacete del Nido, hacia Canelli y Calamandrana, hacia Calosso, y me parecía que había tomado vino, que era otro, que era como Nuto, que llegaría a valer lo mismo que él, y que un buen día yo también tomaría ese tren para irme quién sabe adónde.


Cesare Pavese
La luna y las fogatas