17 diciembre, 2010

Mine Vaganti


Mine Vaganti (Ferzan Ozpetek, 2010)

Tomasso: Y luego, estamos a menudo en casa... a veces nos vienen a ver nuestros amigos, otras veces estamos solos. Yo leo o escribo en la computadora mientras Marco está estudiando... A veces estando acá me imagino que se me aparece de repente en la calle. En Roma siempre va delante de mí, camina más rápido... entonces yo me paro y me pongo a observarlo desde atrás, cómo mueve los hombros, cómo avanza entre la gente, solo, como si yo no estuviera. No sé por qué pero eso me conmueve. Entonces él se da cuenta, se da vuelta y me sonríe. Yo dejo de mirarlo, doy dos pasitos rápidos y lo alcanzo.

 Carmine Recano (Marco), Nicole Grimaudo (Alba)
y Riccardo Scamarcio (Tomasso)




Tomasso: Che poi stiamo spesso in casa. A volte ci vengono a trovare i nostri amici, altre volte stiamo soli. Io leggo oppure scrive al computer, mentre Marco sta lì che studia. Certe volte quando sto qua, m'immagino così...che m'appaia, all'improvviso, per strada. A Roma mi sta sempre davanti, perché cammina più veloce. Allora io mi fermo, e mi metto ad osservarlo, da dietro: come muove le spalle, come se ne va in mezzo alla gente, da solo, come se io non ci fossi.
Non lo so perché ma questa cosa mi fa commuovere...fino a che non se n'accorge, allora si gira, mi sorride e io smetto di guardarlo, faccio due passetti veloci e lo raggiungo.

02 diciembre, 2010

Un tiempo para cada cosa



 Steve McCurry - The Art of Timing

A veces ser un amigo significa dominar el arte del tiempo. Hay un tiempo para el silencio. Un tiempo para dejar ir y permitir que las personas se lancen hacia su propio destino, y un tiempo para prepararse a recoger los pedazos cuando todo se acaba.

Gloria Naylor

30 noviembre, 2010

Un extraño en la Tierra



Me siento, como todos nosotros, un extraño en la Tierra. Este es un mundo absolutamente exquisito, no hay más que mirarlo, tan distinto de nosotros. Hemos adquirido un conocimiento que las otras criaturas no tienen, la conciencia de la muerte, y hemos pagado un precio enorme por ello; sólo hay que ir a cualquier sala de espera de un hospital psiquiátrico para entender el daño que la conciencia nos ha infligido. Se trata de un regalo muy valioso, pero también muy difícil. Un don que nos ha distanciado del mundo, de los animales, lo cual me consterna profundamente. ¿Sabes cómo nos miran los animales? No me refiero sólo a los animales domésticos sino también a los salvajes. Nos miran con perplejidad, y constantemente tratan de comprendernos.

John Banville

ver la entrevista completa de Rodrigo Fresán en Página12.

26 noviembre, 2010

La puerta de entrada


Diana Bellessi

Hay libros que te tocan como un rayo. No son, quizás, el punto máximo de un autor, pero son a veces la puerta de entrada a su obra, o fueron leídos en un momento preciso de la historia o de tu biografía y resuenan para siempre, como el tambor más fino en la memoria de tu cuerpo, o como una melodía que despierta aquellas ansias primeras de lectura, aquella razón por la que amamos leer desde la temprana infancia y nos acompaña todavía: entrar a otros mundos que son este, que son otros, que son un misterio interminable, como entrar a un sueño...
Hay libros de los que uno es protagonista, es la criatura del autor, la hija de Dios. Han sido escritos con la materia de tu inconsciente, han sido escritos para vos. La relación que se sella entonces con ese escritor y con toda su obra, cuando el milagro vuelve a repetirse en sus otros libros, es completamente inexplicable y misteriosa; es arrasadora y dulce y te acompaña toda la vida, como si hubiese sido lo primero que leíste, lo último que leerás. Si ese autor es contemporáneo y está vivo, aunque el pudor y la timidez sean tus rasgos, querés conocerlo, querés llamar a la puerta de su casa para decirle: "vos, me has escrito".
Dicen que es un error, que allí sólo la desilusión te espera, porque nunca encontrarás a tu creador, sino a la persona, pequeña como vos o como cualquiera, haciendo su trabajo. Dicen que es mejor guardar la ilusión en la distancia, porque el diamante es un rasgo de la persona, no la persona entera que se deshace como el reflejo cuando se alza frente a vos. Pero yo puedo desmentirlo, la creatura, crichy, en la traducción de The Word for World is Forest, hizo su largo viaje para hallarla, y nada se derrumbó. Acabo de leer su última novela, Lavinia, y la magia aún me acompaña. Hablo de Úrsula K. Le Guin, y de aquel libro primero donde pisé el umbral de sus dominios, El nombre del mundo es bosque.
Me gusta pensar que cada autor tiene una legión de lectores, pero que a veces, uno de ellos se cree único; me gusta pensar como una niña porque sólo de esa manera soy una lectora apasionada, perdida de mí y hallada en las páginas que leo, in the wood of words where is the world...

Diana Bellessi

16 noviembre, 2010

Ese encuentro incesante con las carencias




Y aunque deseo fuese también una vaga definición de fuerzas incomprensibles, se lo sentía presente y activo, presente en cada error y también en cada salto adelante, eso era ser hombre, no ya un cuerpo y un alma sino esa totalidad inseparable, ese encuentro incesante con las carencias, con todo lo que le habían robado al poeta, la nostalgia vehemente de un territorio donde la vida pudiera balbucearse desde otras brújulas y otros nombres.

Julio Cortázar
Rayuela

30 octubre, 2010

Miguel Hernández - 100 años



Y el rayo no cesa... 100 años tiene hoy pegándonos en la herida. Con sonrisa te fuiste de la tierra y del cielo...



Me llamo barro aunque Miguel me llame.
Barro es mi profesión y mi destino
que mancha con su lengua cuanto lame.

Soy un triste instrumento del camino.
Soy una lengua dulcemente infame
a los pies que idolatro desplegada.

Como un nocturno buey de agua y barbecho
que quiere ser criatura idolatrada,
embisto a tus zapatos y a sus alrededores,
y hecho de alfombras y de besos hecho
tu talón que me injuria beso y siembro de flores.

Coloco relicarios de mi especie
a tu talón mordiente, a tu pisada,
y siempre a tu pisada me adelanto
para que tu impasible pie desprecie
todo el amor que hacia tu pie levanto.

Más mojado que el rostro de mi llanto,
cuando el vidrio lanar del hielo bala,
cuando el invierno tu ventana cierra
bajo a tus pies un gavilán de ala,
de ala manchada y corazón de tierra
Bajo a tus pies un ramo derretido
de humilde miel pataleada y sola,
un despreciado corazón caído
en forma de alga y en figura de ola.

Barro en vano me invisto de amapola,
barro en vano vertiendo voy mis brazos,
barro en vano te muerdo los talones,
dándole a malheridos aletazos
sapos como convulsos corazones.

Apenas si me pisas, si me pones
la imagen de tu huella sobre encima,
se despedaza y rompe la armadura
de arrope bipartido que me ciñe la boca
en carne viva y pura,
pidiéndote a pedazos que la oprima
siempre tu pie de liebre libre y loca.

Su taciturna nata se arracima,
los sollozos agitan su arboleda
de lana cerebral bajo tu paso.
Y pasas, y se queda
incendiando su cera de invierno ante el ocaso,
mártir, alhaja y pasto de la rueda.

Harto de someterse a los puñales
circulantes del carro y la pezuña,
teme del barro un parto de animales
de corrosiva piel y vengativa uña.

Teme que el barro crezca en un momento,
teme que crezca y suba y cubra tierna,
tierna y celosamente
tu tobillo de junco, mi tormento,
teme que inunde el nardo de tu pierna
y crezca más y ascienda hasta tu frente.

Teme que se levante huracanado
del bando territorio del invierno
y estalle y truene y caiga diluviado
sobre tu sangre duramente tierno.

Teme un asalto de ofendida espuma
y teme un amoroso cataclismo.

Antes que la sequía lo consuma
el barro ha de volverte de lo mismo.

Miguel Hernández



26 octubre, 2010

Construir sobre abismos




Conocer esas asechanzas y esos peligros, y querer correr de todos modos el riesgo, es aceptar lo Trágico como motor de lo real. Otra manera de expresar la naturaleza fáustica.
La sabiduría trágica consiste en tener siempre presente la idea de que sólo se construye la propia singularidad sobre abismos, entre bloques de miseria lanzados a toda velocidad al vacío. De ahí las importantes probabilidades de fracaso, conflagración y desintegración de los proyectos cuando comienza la expansión. Pero no le importa al alma así templada, conocer el resultado, inevitable, de sus intentos. En último caso, es siempre la muerte quien triunfa, y la disolución cierta en la inconsistencia. Pero antes del gesto, sólo por la elegancia de la práctica, existen pocas audacias que nos den esta ilusión, exaltante mientras nos habita, de que tenemos el poder de desafiar al Destino, de contravenir sus leyes y despreciar la muerte.

Michel Onfray
La Construcción de uno mismo

16 octubre, 2010

Como un chico que juega



 Marion Post Wolcott - Afroamericanos pescando en
un arroyo cerca de las plantaciones de algodón -
Belzoni, Mississippi (1939)

Lo mismo que trabajar para encauzar esa nueva corriente del riachuelo para que corra a través del nuevo charco adecuadamente profundo junto a la plataforma de madera que está sobre el dique, perdiéndome en la tarea como un chico que juega, son las pequeñas cosas de la vida las que importan (los clichés son perogrulladas y todas las perogrulladas  son verdades) – En mi lecho de muerte yo podría recordar ese día en el riachuelo y olvidar el día en que MGM compró mi libro, podría recordar la vieja camiseta verde gastada que perdí y olvidar la batas de color zafiro—Tal vez sea el mejor modo de entrar al Paraíso.

Jack Kerouac
Big Sur

10 octubre, 2010

Cosas normales



 Walker Evans - "Floyd Burroughs"

Por primera vez se avergonzó de no tener carnet de conducir a sus veintidós años. Ésa era otra de las cosas que se había saltado, otro de los consabidos pasos de la vida de un joven que él había preferido no dar, a fin de seguir al margen del engranaje de la vida; como comer palomitas en el cine, sentarse en el respaldo de los bancos, no respetar la hora de volver a casa impuesta por los padres, jugar al fútbol con pelotas de papel de aluminio o quedarse desnudo ante una chica. Y pensó que aquello cambiaría. Sí, obtendría el carnet cuanto antes. Y lo haría por ella, para llevarla de paseo en coche. Porque —miedo le daba admitirlo— cuando estaba con ella sentía que valía la pena hacer todas esas cosas normales que hacen las personas normales. 

Paolo Giordano
La soledad de los números primos

30 septiembre, 2010

Ahí abajo



Guillaume Néry, campeón mundial de buceo libre
(Franck Seguin, Francia, Deadline Photo Press)

Poomerang (nodiciendo) — A mí me gusta ir por debajo del agua. Ahí abajo todo es distinto. No hay ruido, no puedes hacer ruido, aunque quieras, no puedes hacerlo, no hay ruidos, ahí abajo. Te mueves lentamente, no puedes hacer gestos bruscos, no sé, gestos veloces, tienes que moverte con lentitud, todos están obligados a moverse con lentitud. No puedes hacerte daño, no pueden darte esas estúpidas palmaditas en la espalda, o cosas de ésas, es un lugar hermoso. Sobre todo, es el lugar idóneo para hablar, ¿sabe?, eso me gusta de veras, hablar ahí abajo, es el lugar idóneo, puedes hablar y... puedes hablar, eso es, todos pueden hablar, cualquiera, si quiere, puede hablar, es fantástico cómo se habla ahí abajo. La lástima es que nunca hay..., casi nunca hay nadie, éste es el principal defecto del asunto, que ahí abajo no hay nadie, aparte de ti, es decir, sería un lugar fantástico, pero casi nunca hay nadie con quien hablar, generalmente, nunca te encuentras con nadie. Es una lástima, ¿no le parece?

Alessandro Baricco
City

17 septiembre, 2010

Una obra maestra


En aquella época ponía yo en acendrar mi felicidad, en saborearla, y también en juzgarla, esa constante atención que siempre concedí a los menores detalles de mis actos; ¿y qué es la voluptuosidad sino un momento de apasionada atención del cuerpo? Toda dicha es una obra maestra: el menor error la falsea, la menor vacilación la altera, la menor pesadez la desluce, la menor tontería la envilece. La mía no es responsable de ninguna de las imprudencias que más tarde la quebraron; mientras obré a su favor fui sensato. Creo todavía que un hombre más sensato que yo hubiera podido ser dichoso hasta su muerte.

Marguerite Yourcenar
Memorias de Adriano

14 septiembre, 2010

No es el mío, este tiempo

 Gustave Caillebotte
L'Homme au balcon, Boulevard Haussmann

DE SENECTUTE

Y nada temí más que mis cuidados.
Góngora

No es el mío, este tiempo.
Y aunque tan mío sea ese latir de pájaros
afuera en el jardín,
su profusión en hojas pequeñas, removiéndome
igual que intimaciones,
no dice ya lo mismo.
Me despierto
como quien oye una respiración
obscena. Es que amanece.
Amanece otro día en que no estaré invitado
ni a un instante feliz. Ni a un arrepentimiento
que, por no ser antiguo,
-ah, Seigneur, donnez-moi la force et le courage!-
invite de verdad a arrepentirme
con algún resto de sinceridad.
Ya nada temo más que mis cuidados.
De la vida me acuerdo, pero dónde está.

Jaime Gil de Biedma

10 septiembre, 2010

Este es el mundo


Mark Ruffalo (David) y Donal Logue (Jack)
(Just like heaven, 2005)

Jack: Dios nos dio el alcohol como lubricante social. Le da valor a los hombres y hace más sueltas a las mujeres.
David: ¿Y eso? ¿Es alguna frase de loqueros de Berkeley?
Jack: No. Mirá a tu alrededor, ¿si? ¿Ves esto? Este es el mundo. Unite a él. Dejá de nadar en círculos en tu propia mente. Es un vecindario peligroso al que no deberías entrar solo. Vamos, Dave. Ya son dos años, viejo. Dejá de esconderte de una vez.

09 septiembre, 2010

Decidir, elegir, acontecer



Gustavo Cordera

Maby Sosa: ¿Cómo se armó La Caravana Mágica?
Gustavo Cordera: Fue una invocación, se convocó al correrme del lugar que tenía en el mundo. Venía de una banda con las características de la Bersuit, abrí un espacio y a ese espacio fueron habitándolo una serie de personajes que forman parte de esta caravana. Los encuentros formaban parte de un plan que me excede, que no tiene que ver con mi poder de decisión, toda la gente que está hoy en la caravana aconteció, y eso es lo mágico, por eso se llama La Caravana Mágica.

Maby Sosa: Es una mirada un poco mística...
Gustavo Cordera: Para alguien que contempla los acontecimientos de la naturaleza, ver a una persona decidir se puede considerar también místico. Yo he tomado muchas decisiones en mi vida y no he encontrado más que problemas. Todas mis decisiones fueron grandes tragedias, pequeñas y grandes tragedias. A partir de esto me entregué y empecé a elegir cada vez menos, y a saber en qué momentos se tenía que tomar una decisión y en qué momentos no. Soy una persona cotidiana, ordinaria que hace las cosas que hace toda la gente del mundo, tengo hijos, tengo una familia, tengo que pagar mis cuentas, viajo, me enojo, tengo un montón de miserias.

Reportaje completo en Tiempo Argentino.

07 septiembre, 2010

Expresarse

Festejo del Bicentenario - Teatro Colón
(AP Photo - Natacha Pisarenko)

Una comunidad es inseparable de las manifestaciones que la misma quiera realizar; una comunidad saludable no puede estar sin expresarse: si tiene ganas de salir a la calle a manifestarse, hacerlo; si quiere cantar, que cante. Sobre todo porque son actividades que aglutinan y unen. Las manifestaciones artísticas como el teatro, la danza o los grafitos en general forman parte de la nutrición de la sociedad. Sirven para manifestarse, para expresarse en contra o a favor, para que la gente se hable a sí misma sobre quién es. El teatro le habla a la comunidad y dialoga entre el público y los que están sobre el escenario, preguntándonos quiénes somos, adónde vamos, qué estamos haciendo en este mundo y con este mundo. Y esto uno lo necesita, lo necesita porque es una persona y porque no está solo y lo necesita para no estar solo.

Mirta Busnelli

Fragmento del reportaje de Jorge Freidemberg en revista Acción.

01 septiembre, 2010

Ausencias


Vasijas - María Gal

Chris Dickens: Que una figura clave esté ausente es común a varias de sus películas. Sucedía con la madre de Nadie sabe y ni qué hablar de After Life, que giraba alrededor de los que ya no están. ¿Qué lo lleva a eso?

Hirokazu Kore-eda: No sé decirle con exactitud, porque es algo que sucede sin que yo me dé cuenta del todo. Lo que le puedo decir es que lo ausente siempre me entusiasmó: es un buen motor dramático. Cuando era pequeño, al salir de la escuela pasaba por una plaza, donde había vasijas y piezas de cerámica que la gente había dejado allí. Yo las recogía, las llevaba a casa, las limpiaba cuidadosamente con un cepillo y luego las guardaba. Hasta el día de hoy las sigo teniendo. Creo que siempre me interesaron las cosas que quedaron atrás, y desde chico me daba por pensar en las historias de los antiguos dueños de aquellos objetos abandonados.

Interesante reportaje al director Hirokazu Kore-eda en Página12.

29 agosto, 2010

Los misterios de la vida

Alice (Clotilde Hesme), Madre de Julie (Brigitte Roüan) y
Jasmine (Alice Butaud) en Les Chansons d'amour
(Christophe Honoré, 2007)

Alice: Ismael me contó sobre los resultados de la autopsia.
Madre de Julie: ¿Por qué te contó? ¿Es tan importante para él?
Alice: Creo que sí. Es importante comprender.
Madre de Julie: No estoy tan segura. Esperamos que los médicos revelen cada misterio, que desentierren cada secreto que los pueda explicar. Yo rechazo esa ilusión. El misterio forma parte de la vida y simplemente se suma al horror de la muerte de Julie.


Julie (Ludivine Sagnier)

22 agosto, 2010

Un hombre solo (2)

A single man (Sólo un hombre - Tom Ford, 2009)

George: Hablemos sobre el miedo. El miedo es, después de todo, nuestro enemigo real. El miedo está dominando nuestro mundo. El miedo está siendo usado como una herramienta para manipular a nuestra sociedad. Es el modo en que los políticos venden política de puerta en puerta y el modo en que en la Av. Madison nos venden cosas que no necesitamos. Piensen en esto. Miedo a la posibilidad de ser atacados, miedo a que haya comunistas acechándonos a la vuelta de cualquier esquina, miedo a que cualquier pequeño país del Caribe que no crea en nuestro modo de vida suponga una amenaza para nosotros. Miedo a que la cultura negra llegue a dominar el mundo. Miedo a las caderas de Elvis Presley. Bueno, quizás esas sí den realmente miedo. Miedo a que nuestro mal aliento arruine nuestras amistades… Miedo a envejecer y quedarnos solos. Miedo a que nos consideren inútiles y a que a nadie le importe lo que tenemos para decir.


20 agosto, 2010

El amor es el silencio más fino



LOS AMOROSOS

Los amorosos callan.
El amor es el silencio más fino,
el más tembloroso, el más insoportable.
Los amorosos buscan,
los amorosos son los que abandonan,
son los que cambian, los que olvidan.
Su corazón les dice que nunca han de encontrar,
no encuentran, buscan.
Los amorosos andan como locos
porque están solos, solos, solos,
entregándose, dándose a cada rato,
llorando porque no salvan al amor.
Les preocupa el amor.
Los amorosos viven al día, no pueden hacer más, no saben.
Siempre se están yendo,
siempre hacia alguna parte.
Esperan,
no esperan nada, pero esperan.
Saben que nunca han de encontrar.
El amor es la prórroga perpetua,
siempre el paso siguiente, el otro, el otro.
Los amorosos son los insaciables,
los que siempre - ¡qué bueno! - han de estar solos.
Los amorosos son la hidra del cuento.
Tienen serpientes en lugar de brazos.
Las venas del cuello se les hinchan
también como serpientes para asfixiarlos.
Los amorosos no pueden dormir
porque si se duermen se los comen los gusanos.
En la obscuridad abren los ojos
y les cae en ellos el espanto.
Encuentran alacranes bajo la sábana
y su cama flota como sobre un lago.
Los amorosos son locos, sólo locos,
sin Dios y sin diablo.
Los amorosos salen de sus cuevas
temblorosos, hambrientos,
a cazar fantasmas.
Se ríen de las gentes que lo saben todo,
de las que aman a perpetuidad, verídicamente,
de las que creen en el amor como una lámpara de inagotable aceite.
Los amorosos juegan a coger el agua,
a tatuar el humo, a no irse.
Juegan el largo, el triste juego del amor.
Nadie ha de resignarse.
Dicen que nadie ha de resignarse.
Los amorosos se avergüenzan de toda conformación.
Vacíos, pero vacíos de una a otra costilla,
la muerte les fermenta detrás de los ojos,
y ellos caminan, lloran hasta la madrugada
en que trenes y gallos se despiden dolorosamente.
Les llega a veces un olor a tierra recién nacida, a mujeres que duermen con la mano en el sexo, complacidas,
a arroyos de agua tierna y a cocinas.
Los amorosos se ponen a cantar entre labios
una canción no aprendida.
Y se van llorando, llorando
la hermosa vida.

Jaime Sabines

El poema leído por el propio Sabines
aquí.


17 agosto, 2010

Un espejo tosco e imperfecto


¿Has visto ya dormir a tu amigo para que sepas cómo es? ¿Cuál es, pues, la cara de tu amigo? Es tu propia cara en un espejo tosco e imperfecto.

Friedrich Nietzsche
Así habló Zaratustra

14 agosto, 2010

Ayudar al monstruo


Jueves 19 de enero de 1961

No comprendo cómo, con mi imaginación excesiva, no escribo cuentos. ¿Por qué no me atrevo a inventar? ¿Qué no me deja crear otro mundo que éste? ¿Quién me adhiere y me fija adonde yo no quiero?
Lo que falla en mí es la continuidad de las visiones, de las alucinaciones. Infidelidad a las imágenes, a lo visto. Restará una criatura freudiana. Pero yo sé que sé más de lo que creo. Yo sé que sé. Eso es indudable.
Un monstruo me persigue. Yo huyo. Pero es él quien tiene miedo, es él quien me persigue para pedirme ayuda.

Alejandra Pizarnik
Diarios

08 agosto, 2010

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos

Verrà la morte e avrà i tuoi occhi

Verrà la morte e avrà i tuoi occhi-
questa morte che ci accompagna
dal mattino alla sera, insonne,
sorda, come un vecchio rimorso
o un vizio assurdo. I tuoi occhi
saranno una vana parola,
un grido taciuto, un silenzio.
Così li vedi ogni mattina
quando su te sola ti pieghi
nello specchio. O cara speranza,
quel giorno sapremo anche noi
che sei la vita e sei il nulla.

Per tutti la morte ha uno sguardo.
Verrà la morte e avrà i tuoi occhi.
Sarà come smettere un vizio,
come vedere nello specchio
riemergere un viso morto,
come ascoltare un labbro chiuso.
Scenderemo nel gorgo muti.

Cesare Pavese



M. C. Escher


Vendrá la muerte y tendrá tus ojos

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos
esa muerte que nos acompaña
desde el alba a la noche, insomne,
sorda, como un viejo remordimiento
o un absurdo defecto. Tus ojos
serán una palabra inútil,
un grito callado, un silencio.
Así los ves cada mañana
cuando sola te inclinas
ante el espejo. Oh, cara esperanza,
aquel día sabremos, también,
que eres la vida y eres la nada.

Para todos tiene la muerte una mirada.
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.
Será como dejar un vicio,
como ver en el espejo
asomar un rostro muerto,
como escuchar un labio ya cerrado.
Mudos, descenderemos al abismo.

Cesare Pavese

03 agosto, 2010

Tendrás que conocer la vida

George Caleb Bingham - Raftmen playing cards (1847)

Ahora, en Winesburg, Ohio, una maestra también tiene consejos para el futuro escritor: “Tendrás que conocer la vida. Si quieres ser escritor debes dejar de tontear con las palabras. Será mejor que abandones la idea de escribir hasta que estés mejor preparado. Ahora debes vivir. No pretendo asustarte, pero quisiera que comprendas el alcance de lo que piensas hacer. No debes convertirte en un mero mercachifle de las palabras. Lo más importante es que aprendas lo que la gente piensa, no lo que dice”.

Fragmento del artículo El mapa de la literatura norteamericana y sus alrededores de Guillermo Saccomanno en Página12 sobre la obra de Sherwood Anderson.

25 julio, 2010

Un hombre solo

A single man (Sólo un hombre - Tom Ford, 2009)

George: Despertarse comienza con decir soy y ahora. Durante los últimos ocho meses despertarme ha sido doloroso. Lentamente tiene lugar la fría comprobación de que todavía sigo aquí. Nunca fui de los que saltan de la cama y saludan al día con una sonrisa como lo era Jim. A veces me daban ganas de golpearlo, por la mañana estaba tan contento. Solía decirle que sólo los tontos saludan al día con una sonrisa, que sólo un tonto podría eludir la simple verdad de que el ahora no es tan sólo el ahora: es un frío recordatorio. Un día después de ayer, un año después del año pasado, y tarde o temprano llegará. Solía reírse de mí y luego me daba un beso en la mejilla.


Jim (Matthew Goode) y George (Colin Firth)

George: Me lleva tiempo en la mañana transformarme en George, tiempo para ajustarme a lo que se espera de George y cómo se habrá de comportar. Para el momento en que me terminé de vestir y poner la última capa de lustre en el ahora levemente rígido pero casi perfecto George sé por completo qué papel tengo que jugar.
Cuando me miro en el espejo no es un rostro el que me devuelve la mirada tanto como una expresión de dilema.

Sólo vive el maldito día.

Un poco melodramático, supongo.


George (Colin Firth)

George: Pero, por otro lado, mi corazón ha sido herido. Me siento como si me hundiera, me ahogara, no puedo respirar. Por primera vez en mi vida no puedo ver mi futuro. Todos los días pasan como en una neblina, pero he decidido que hoy será distinto.

17 julio, 2010

Un aprendizaje continuo



Il Milione - Marco Polo ante el Kubilai Khan

Al final de Las ciudades invisibles, el Khan decía que todo relato era una distracción inútil ya que la última ciudad que todos conoceríamos era el infierno. A lo que Marco Polo contestaba: “El infierno no es algo que será. Ya existe aquí; lo habitamos todos los días; lo conformamos todos juntos. Dos maneras hay de no sufrirlo. La primera, fácil, es aceptar el infierno, volverse parte de él hasta ya no verlo. La segunda exige aprendizaje continuo: consiste en hallar quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y darle espacio, y hacerlo durar mientras vivamos”.

Juan Forn
Fragmento del artículo El reposo del viajero en Página12.

15 julio, 2010

Sobre leyes y amores




Por mi parte, dioses celestiales, pido que mi vida sea así siempre, que pueda sentarme frente a mi amigo y escuchar de cerca su dulce voz, salir con él cuando él salga y compartir con él toda actividad. Y que un amante pueda pedir que su amado pueda recorrer el camino hasta la vejez sin penas, a través de una vida sin tropiezos ni desvíos y sin haber experimentado ninguna malvada maquinación de la fortuna. Y si, de acuerdo con las leyes que gobiernan la naturaleza humana, le roza una enfermedad, que yo enferme con él cuando él esté enfermo y que cuando zarpe a través de olas tormentosas, yo pueda navegar con él. Y si la violencia de un tirano ordena encadenarlo, yo pondré los mismos grilletes en torno a mi cuerpo. Todo el que lo odie será mi enemigo, y mostraré mi aprecio a cuantos estén en buenas relaciones con él. Y si veo a bandidos o enemigos que le atacan, me armaré yo también incluso por encima de mis posibilidades. Y si muere, no soportaré la vida. Daré las últimas instrucciones a los que más quiero después de él para que nos construyan una tumba común, a ambos, que mezclen los huesos con los huesos y que no separen nuestras calladas cenizas unas de otras.

Luciano

Amores, Obras III

05 julio, 2010

Donde viven los monstruos

Maurice Sendak - Donde viven los monstruos

Maurice Sendak: Yo sé que soy un privilegiado, pero no puedo sentirlo. Es como si tuviera algo muerto adentro. No encuentro alegría.

Spike Jonze: Vamos, Maurice, hay algo que te debe satisfacer, algo que te debe llenar de alegría.

Maurice Sendak: La única verdadera felicidad en mi vida es dibujar. Todo lo que me atormenta se desvanece cuando lo hago, porque es lo que quiero hacer y sé que lo hago bien. Por qué estoy fijado en la niñez, no lo sé. Quizá porque en el fondo no creo en esa demarcación, o porque creo que se les debe hablar de otra manera, que se les puede decir cualquier cosa mientras sea verdad. O quizá porque, supongo, es en la infancia donde se quedó mi corazón.

Extracto del documental sobre la filmación de Donde viven los monstruos.

28 junio, 2010

Y que eso no sea todo...


Tal como se la veía en los espejos, mi imagen siempre andaba en brazos de mi alma. Yo no podía ser sino como soy, curvo y débil, aun en los pensamientos.
Todo en mí es como de un príncipe de cromo pegado en el álbum viejo de un niño muerto hace mucho.
Amarme es apiadarse de mí. Un día, allá por el fin del futuro, alguien escribirá sobre mí un poema, y tal vez sólo entonces empiece yo a reinar en mi Reino.

Dios es que existamos y que eso no sea todo.

Fernando Pessoa
Libro del desasosiego

24 junio, 2010

El hombre con el cosmos


Cuando amanece salgo al jardín para estar cerca de mis árboles, en ese apacible y noblemente callado mundo vegetal, que más me atrae a medida que más atroz se vuelve el universo en que vivimos. Sentado en un cantero, escucho a los centenares de pájaros que alborozados reinician su pequeña existencia, ajenos a las perversidades humanas, inocentes y felices. Es cuando más pienso en esos millones de chiquitos que crecen como pájaros enjaulados, en ese universo de asfalto y cemento, apartados del hermoso misterio de la tierra y sus germinaciones, resistiendo con sus pequeñas magias la presión de este mundo bárbaro, como lo revelan sus poéticas pinturas; hasta que no resisten más y son mediocrizados por la sociedad; y sus visiones poéticas son trivializadas por la imitación de la fotografía y la historieta, por una educación que proscribe la mitología. Así son aplastados y sellados por la cultura standardizada y tecnológica, realizándose en ellos, cada día, en cada criatura, la fatal escisión entre el pensamiento mágico y el pensamiento lógico que esta civilización ha perpetrado mediante la proscripción y hasta la ridiculización de aquel lado enigmático pero fundamental del alma humana quebrando de esa manera la armonía del hombre consigo mismo y del hombre con el cosmos.

Ernesto Sabato
Apologías y Rechazos


¡Felices 99, Troesma!

18 junio, 2010

Un chasco


El nacer es un chasco: llegamos y ya hay otros. En cantidad tan inmensa que estrictamente es menos ser uno de ellos que no ser.

Macedonio Fernández

09 junio, 2010

La verdad inalterable


Friedensreich Hundertwasser
Blobs grow in beloved gardens (1975)
JARDÍN

(madrugada)

No me importa que me ames
o que te amen pues lo que yo adoro
en ti, tú no lo sabes, alma,
ni lo saben los otros.
Jamás te has visto, nunca
te verán, cual mis ojos
te vieron y te ven – como mi vida
encarnada en el pálido tesoro
de tu cuerpo invisible,
pues que es la carne de mi alma –
Solo
me quedaré cuando te vayas
o te lleven los otros
de la verdad inalterable y pura
que a tu vivir le puedo dar yo sólo.

Juan Ramón Jiménez

04 junio, 2010

Ilusión


Gregory Colbert - de Ashes and Snow

Me gustaría creer que el yo es una ilusión;
pero eso no impide que sea una ilusión dolorosa.

Michel Houellebecq
Las Partículas Elementales

20 mayo, 2010

Ese toque mágico


Edward Hopper - Chop Suey

Toda relación humana íntima –amistad, amor, e incluso los extraños vínculos que unen a dos adversarios en la vida y en la muerte- se inicia con ese toque mágico; como si uno sintiera la realidad del sueño: en la multitud, entre desconocidos, de súbito te llega una mirada, una voz, y te mareas como si ya hubieras vivido aquella misma experiencia, como si supieras de antemano todo lo que va a suceder, tanto las palabras como los gestos; y todo ello es la realidad más profunda, más definitiva, pero al mismo tiempo parece un sueño… Así se inician las grandes relaciones humanas.

Sandor Márai
La Hermana

08 mayo, 2010

La vida de un tonto

Jean Francois Millet - El Angelus

Pero los hombres trabajan bajo la influencia de un error. La parte mejor del hombre muy pronto es arada para abono de la tierra. Por un aparente destino comúnmente llamado necesidad, los hombres se dedican, según cuenta un viejo libro, a acumular tesoros que la polilla y la herrumbre echarán a perder y que los ladrones entrarán a robar. Esta es la vida de un tonto, como comprenderán los hombres cuando lleguen al final de ella, si no lo hacen antes.

Henry David Thoreau
Walden, o la vida en los bosques

02 mayo, 2010

Así duele una noche

Suiza nevada - Alejandro Marzioni


La ausencia es una forma de invierno


Como el cuerpo de un hombre derrotado en la nieve,
con ese mismo invierno que hiela las canciones
cuando la tarde cae en la radio de un coche,
como los telegramas, como la voz herida
que cruza los teléfonos nocturnos,
igual que un faro cruza
por la melancolía de las barcas en tierra,
como las dudas y las certidumbres,
como mi silueta en la ventana,
así duele una noche,
con ese mismo invierno de cuando tú me faltas,
con esa misma nieve que me ha dejado en blanco,
pues todo se me olvida
si tengo que aprender a recordarte.

Luís García Montero

01 mayo, 2010

Un dolor inútil

Aaron Stanford en The Cake Eaters

Pero un montón de veces ocurre de este modo, casi siempre ocurre así: se descubre al final que el dolor, todo aquel dolor, era inútil, que se ha estado sufriendo como bestias, y era inútil, no era ni justo ni injusto, no era hermoso ni horrendo, tan sólo era inútil, al final todo lo que puedes decir es: era un dolor inútil.

Alessandro Baricco
City

21 abril, 2010

Beat

Jack Kerouac

Porque después de todo el chico cree sinceramente que hay algo noble, ideal y bueno en toda esta cosa beat, y se supone además que yo soy el Rey de los Beatniks según lo que dicen los diarios, pero al mismo tiempo me siento cansado y enfermo de esos entusiasmos perpetuos de los nuevos jóvenes que intentan conocerme y vacían todas sus vidas dentro de mí así que me pondré a saltar y dire sí sí está bien, cosa que ya no puedo hacer más -- El motivo por el que vine a Big Sur en el verano fue precisamente alejarme de todo eso.

Jack Kerouac
Big Sur

18 abril, 2010

Un angelical surplace

Playa. Y mar.
Luz.
El viento del norte.
El silencio de las mareas.
Días. Noches.
Una liturgia. Inmóvil, viéndolo bien. Inmóvil.
Personas como gestos de un ritual.
Algo distinto de hombres.
Gestos.
Los respira la rastrera ceremonia cotidiana, transfigurados en oxígeno por un angelical surplace.
Los metaboliza el perfecto paisaje de la orilla, convertidos en imágenes para abanicos de seda.
Cada día más inmutables.
Asentados a un paso del mar, se transforman desapareciendo, y en los intersticios de una elegante nada reciben el consuelo de una provisional inexistencia.

Alessandro Baricco
Océano Mar

Fragata Libertad


Spiaggia. E mare.
Luce.
Il vento dal nord.
Il silenzio delle maree.
Giorni. Notti.
Una liturgia. Immobile, a ben vedere. Immobile.
Persone come gesti di un rito.
Qualcosa d’altro che uomini.
Gesti.
Se li respira la strisciante cerimonia quotidiana, trasfigurati in ossigeno per un angelico
surplace.
Se li metabolizza il perfetto paesaggio della riva, convertiti a figure da ventagli di seta.
Ogni giorno più immutabili.
Posati a un passo dal mare, diventano scomparendo, e negli interstizi di un elegante nulla
ricevono la consolazione di una provvisoria inesistenza.
Galleggia, su quel trompe-l’oeil dell’anima, l’argentino tintinnare delle loro parole, unica
percepibile increspatura nella quiete dell’innominabile incantesimo.

Alessandro Baricco
Oceano Mare

10 abril, 2010

Siendo alguien

Amnesia: the James Brighton enigma (2005, Denis Langlois)

Narradora: James está solo en la ciudad. En tres meses nadie lo ha buscado. ¿Seguís siendo alguien cuando estás así de solo? Si nadie te quiere, si no tenés a nadie a quién querer... ¿cuándo podés arriesgarte a dejarte llevar, a abrirte a los demás? Asumiendo riesgos, confiando en la gente creás una vida que se ajusta a las expectativas de los demás y te convertís en un personaje de sus historias, de sus vidas, y perdés la tuya, mentís para agradar a los demás, mentís para no estar solo, pero lo estás más y más...

02 abril, 2010

Lo que hay que saber

Edmund Dulac - Puente del Ruiseñor

Porque él no se entregaba por completo a nadie. Escuchaba con mucha atención, con seriedad y sentido del deber, y luego respondía; pero en su voz siempre había un matiz de comprensión porque sabía que en todos los asuntos de los hombres también hay ineptitud, ansiedad, mentira e ignorancia, que no hay que creer todo lo que digan aunque lo hagan con buena intención. Por supuesto, él no podía decir nada de todo esto a sus interlocutores, así que se limitaba a escucharlos con una indiferencia benévola, con seriedad y recelo, y a sonreir moviendo la cabeza de vez en cuando, como diciendo: "Siga, siga. Yo sé lo que hay que saber."

Sándor Márai
La mujer justa

25 marzo, 2010

Padre e hijo

Padre e Hijo  (Otets i Syn, 2003 - Alexander Sokurov)


Aleksei: El amor de un padre crucifica... y un hijo que ama se deja crucificar.


Aleksei Neymyshev (Aleksei) y Andrei Shchetinin (Padre)





20 marzo, 2010

Girasoles amarillos


Portami il girasole ch'io lo trapianti

Portami il girasole ch'io lo trapianti
nel mio terreno bruciato dal salino,
e mostri tutto il giorno agli azzurri specchianti
del cielo l'ansietà del suo volto giallino.

Tendono alla chiarità le cose oscure,
si esauriscono i corpi in un fluire
di tinte: queste in musiche. Svanire
é dunque la ventura delle venture.

Portami tu la pianta che conduce
dove sorgono bionde trasparenze
e vapora la vita quale essenza;
portami il girasole impazzito di luce.

Eugenio Montale

Foto: Discovery Channel


Traeme el girasol para que lo transplante

Traeme el girasol para que lo transplante
a mi terreno ardido por la sal;
que muestre todo el día al azul espejeante
del cielo la ansiedad de su rostro amarillo.

Tiende a la claridad todo lo oscuro
y los cuerpos se agotan en un fluir
de tinta; ésta, en música. Es, por tanto,
desvanecerse la mayor ventura.

Alcanzame la planta que conduce
adonde crecen transparencias rubias
y como las esencias se evapora la vida:
traeme el girasol loco de luz.

Eugenio Montale

19 marzo, 2010

Hacia rutas salvajes

Hal Holbrook (Ron Franz) y Emile Hirsch (Chris McCandless)
Into the wild (Hacia rutas salvajes, 2007, Sean Penn)

Sólo podemos hacer conjeturas sobre los motivos por los que Franz se encariñó en tan poco tiempo con el muchacho; en cualquier caso, el afecto que sentía por él era sincero, intenso e incondicional. Franz había llevado una existencia solitaria durante muchos años. Carecía de familia y tenía pocos amigos. Pese a su soledad y lo avanzado de su edad era una persona disciplinada e independiente, capaz de arreglárselas muy bien sin ayuda de nadie. Sin embargo, cuando McCandless irrumpió en su mundo, las defensas que había construido con tanto cuidado se desmoronaron. Estaba entusiasmado con la compañía del muchacho, pero su creciente amistad hacia él le recordaba cuán solo había estado. El chico ponía al descubierto el enorme vacío de su existencia tanto como ayudaba a llenarlo. Cuando McCandless se marchó tan de repente como había llegado, el anciano se sintió embargado por un pesar profundo e inesperado.

Jon Krakauer
Into the wild