28 diciembre, 2011

Tehuelches - el pueblo Aonikenk


"Muero como he vivido; ningún cacique me manda", expresan apropiadamente el sentimiento que predomina al respecto. […]

Es de esperar que la vida real en los toldos que se ha narrado aquí habrá habilitado al lector para formarse una idea del carácter de los tehuelches, más favorable que la que por lo general se sugiere, excepción hecha de los misioneros Hunzikcr y Schmid. No merecen seguramente los epítetos de salvajes feroces, salteadores del desierto, etc. Son hijos de la naturaleza, bondadosos, de buen carácter, impulsivos, que cobran grandes simpatías o antipatías, que llegan a ser amigos seguros o no menos seguros enemigos. Como es muy natural, recelan de los extranjeros, sobre todo de los de origen español, o, como los llaman ellos, de los cristianos. Y no hay que maravillarse de esto si se considera el trato, la crueldad traicionera y la explotación picara de que esos indígenas han sido objeto por parte de los conquistadores y de los colonos alternativamente. […]


En mis relaciones con ellos, los indios me trataron siempre con lealtad y consideración, y dispensaban el mayor cuidado a mis pocas pertenencias, aunque a veces me las pedían prestadas, como acostumbran hacerlo entre ellos; por ejemplo, un indio venía a menudo a pedirme que le dejara ver mis armas, y, después de examinarlas, me las devolvía cuidadosamente. En todo el curso de mi estancia entre ellos sólo perdí dos objetos: un pedernal con su eslabón que, tengo motivos para creerlo, me fue robado por uno de los chilenos, y un par de boleadoras de avestruz que me sustrajeron del toldo. […]


Cacique Casimiro
(Benito Panuzzi, 1864)

Con respecto a su sinceridad mi experiencia es ésta: en cuestiones de poca importancia mienten casi siempre, inventan historias por puro gusto; […] Pero en toda cuestión importante, en lo que se refiriera a las garantías de seguridad de una persona, por ejemplo, eran muy veraces siempre que se cumpliese bien con ellos. Al cabo de un tiempo, cuando advirtieron que yo evitaba siempre apartarme ni un ápice de la verdad, dejaron de mentirme hasta en asuntos de menor cuantía. Sirva esto para demostrar que no tienen el carácter traicionero que les han atribuido algunos escritores ignorantes. Tampoco son crueles por naturaleza, ni con los esclavos o cautivos. […]

Por mi parte, yo me sentí siempre más seguro en medio de los tehuelches, mientras no hubo bebida ni luchas entre ellos, como más tarde en el Río Negro. Naturalmente, cuando se embriagan, sus pasiones se desencadenan; recuerdan viejas pendencias, y a veces pelean por mero gusto de pelear. Pero no es necesario ir hasta la Patagonia para observar eso. El rasgo más delicado quizá de su carácter es su amor a sus mujeres y a sus hijos; las reyertas conyugales son raras. y la costumbre de golpear a la esposa es desconocida entre dios, por otra parte, la intensa pena con que lloran la pérdida de una esposa no es ciertamente una práctica "civilizada", porque entre tilos el viudo destruye todo su haber y quema todas sus pertenencias. 
[…]



En cuanto a las criaturas, los indios las miman en todo sentido, les dejan que monten los mejores caballos y no los corrigen por ninguna travesura. Siempre me sorprendió que los muchachos no se hicieran tercos y voluntariosos al crecer, a consecuencia de esa falta de reprensión. Los que no tienen hijos adoptan a veces un perrito, en el que derrochan sus afectos y al que conceden caballos y otras prendas de valor, que se destruyen cuando el dueño de ellas muere.
Otra de las cosas que me han sorprendido es que los misioneros hayan tenido tan poca suerte en sus esfuerzos para enseñar a esas criaturas a leer y a escribir, porque todas son por naturaleza muy inteligentes, aunque, como es natural, hay excepciones. Es una prueba de su facilidad de imitación el muy poco trabajo con que enseñé al hijo de Hinchel a escribir el nombre de su padre y de dos indios más en muy breve tiempo. Yo tenía la costumbre de estar dibujando siempre buques en una tabla, con un pedazo de carbón, para entretener a las criaturas, y éstas copiaban fácilmente esas figuras. Hinchel mismo, una vez que quería explicar una parte del curso del río Negro, dibujó un mapa tosco en la tabla que, según vi después, resultó perfectamente correcto.
Poca inmoralidad observé en los indios cuando estaban en sus desiertos nativos…

George Chaworth Musters
Vida entre los Patagones

26 diciembre, 2011

No pido mucho


Happy New Year

Mira, no pido mucho,
solamente tu mano, tenerla
como un sapito que duerme así contento.
Necesito esa puerta que me dabas
para entrar a tu mundo, ese trocito
de azúcar verde, de redondo alegre.
¿No me prestás tu mano en esta noche
de fìn de año de lechuzas roncas?
No puedes, por razones técnicas.
Entonces la tramo en el aire, urdiendo cada dedo,
el durazno sedoso de la palma
y el dorso, ese país de azules árboles.
Así la tomo y la sostengo,
como si de ello dependiera
muchísimo del mundo,
la sucesión de las cuatro estaciones,
el canto de los gallos, el amor de los hombres.

Julio Cortázar

17 diciembre, 2011

Un amigo de papá





Horacio Bilbao: Vos tenías apenas siete años cuando el murió, ¿qué recordás de ese último encuentro con él, cuando estaba caracterizado como el viejo Ramón, ya dispuesto a partir a Bolivia?

Aleida Guevara March: Una noche, mi mamá nos dijo que íbamos a conocer a un amigo de mi papá. Llegamos con mis hermanos y él empezó a hablar con nosotros. Y cuando empezó a hablar yo le dije que no parecía español. Todos se quedaron mirando. El me peguntó por qué decía eso, y ya seguimos hablando. Esa noche cenamos juntos. Mi mamá le había advertido que yo conocía muy bien sus gustos y que los defendía mucho. En un momento, él se sirvió el vino tinto puro y yo salté como un resorte. Le dije que no era amigo de mi papá porque papá tomaba el vino tinto con agua, que así es rico, me levante y le eché agua. Luego me contó mamá que estuvo muy orgulloso de aquello. Más tarde, jugando con mis hermanos me caí y me golpeé la cabeza, entonces me tomó en sus brazos, me palpó y de alguna manera me transmitió algo, porque al rato yo dije: “Mamá, yo pienso que este hombre está enamorado de mí”. Fue muy simpático pero a la vez muy duro, él no podía explicarme porque me amaba. Y me amaba de una manera intensa. Esa noche terminó así y yo no supe que él era mi papá hasta que murió en Bolivia. Entonces mi mamá me contó la historia del viejo Ramón, y me mostró una foto. Me pidió que no contara nada, y no lo hice, hasta muchos años después en que ya empezamos a hablar de eso.  

Ver reportaje completo en Revista Ñ

13 diciembre, 2011

La más bella edad del corazón

The Beatles - Concierto en la terraza (1969)


RETORNOS DEL AMOR EN UNA AZOTEA

Poblado estoy de muchas azoteas.
Sobre la mar se tienden las más blancas,
dispuestas a zarpar al sol, llevando
como velas las sábanas tendidas.
Otras dan a los campos, pero hay una
que solo da al amor, cara a los montes.
Y es la que siempre vuelve.
Allí el amor peinaba sus geranios,
conducía las rosas y jazmines
por las barandas y en la ardiente noche
se deshacía en una fresca lluvia.
Lejos, las cumbres, soportando el peso
de las grandes estrellas, lo velaban.
¿Cuándo el amor vivió más venturoso
ni cuándo entre las flores
recién regadas fuera
con más alma en la sangre poseído?
Subía el silbo de los trenes. Tiemblos
de farolillos de verbena y músicas
de los quioscos y encendidos árboles
remontaban y súbitos diluvios
de cometas veloces que vertían
en sus ojos fugaces resplandores.
Fue la más bella edad del corazón. Retorna
hoy tan distante en que la estoy soñando
sobre este viejo tronco, en un camino
que no me lleva ya a ninguna parte.

Rafael Alberti
de Retornos de lo Vivo Lejano, 1952

08 diciembre, 2011

Los hijos de los 70


Adriana Tasca, Gaspar Casado  y  Sebastián  Casado Tasca
su historia en "Nietos, historias con identidad"

Las derrotas no se pueden medir por las batallas perdidas sino por las propuestas para las generaciones siguientes... El golpe del 76 no derrotó a una generación: la masacró, la expulsó de la Patria, la encarceló y la torturó, y brutalmente pretendió arrancarle no sólo sus proyectos políticos sino sus sueños e ideales: tornarla cínica, despojada de carácter, acomodaticia con las circunstancias, reducida a lo posible. Se le propuso a cada argentino llevar hasta el extremo el individualismo de salvarse solo, el terror de ser dañado no por los represores sino por los amigos que estaban en riesgo, ya que su propio destino podía alcanzar, como onda expansiva, a quienes lo rodeaban. También, a cambio de la moral, se les ofreció un bono para canjear justicia por chatarra comprada por el uno a uno: un ser humano por una videocasetera, la educación por el shopping, un torturado por un viaje a Disney, la vista gorda por unas vacaciones en el Caribe.  Esta fue la herencia moral que pretendieron dejar los dictadores de los 70... Por eso los hijos de los 70 nos conmueven: son como una parte de nosotros mismos y nacieron ya atravesados por una experiencia que los hace desplegar lo posible sin renunciar a lo anhelado. Maduros desde chiquitos, obligados a ser responsables desde siempre, atravesados por la Historia, tratando de apropiarse de ella, van a la búsqueda de los sueños de las generaciones anteriores. Y como Sebastián, el "nieto82" recuperado, cuando abraza a sus abuelos y los consuela de tanto tiempo perdido, saben que para ellos el tiempo por delante se tiñe de sabores y olores anhelados, aún sin imágenes ni nombre. 

Silvia Bleichmar
No me hubiera gustado morir en los 90
Los hijos de los 70

03 diciembre, 2011

Siempre aparece, el lirismo

Jonas Mekas  - John va a probarle a Anthony que puede meterse en la boca
más arándanos que él... Montauk, agosto de 1972


 El dice que ha hecho básicamente lo mismo toda su vida: en su pueblo, en los campos y en el Nuevo Mundo; leyendo, escribiendo y filmando. Sólo se trataba de registrar cuanto pasara delante de sus ojos y estar disponible después para atender el llamado de quienes hubieran olvidado, aunque ya no quede vivo ninguno de los colegas que llamaban desde la capital a la oficina de correo de su pueblo. El título de una de sus películas resume su vida y su credo artístico en ocho palabras: “Mientras avanzaba azarosamente vi fugaces destellos de belleza”. En aquel diario que escribió durante los cinco años que pasó en los campos y los primeros cinco años en Nueva York (que lleva por título Sin lugar adónde ir y que termina el mismo día en que compró la Bollex y empezó a filmar), Mekas dice: “Intentamos esconderlo de cualquier modo pero siempre aparece, el lirismo”. Antes de siquiera imaginar lo que sucedería en su vida cuando aquella Bollex cayera en sus manos, escribió: “El cazador que quiere acertarle al ciervo no le dispara directamente, sino que apunta un poquito más adelante. Lo mismo ocurre con la vida humana: tenemos que apuntar al momento siguiente para retratarla”.

Juan Forn
Yo recordaré por ustedes


      http://jonasmekasfilms.com/diary/

      30 noviembre, 2011

      Reinventarse

      Copia firmada de El Pensador de Rodin en
      la Plaza de los Dos Congresos (Buenos Aires)
      foto: Fabián Minetti

      Pasé cinco días más en Buenos Aires tratando de acostumbrarme a estar sin Emily. La soledad es más desesperante en las ciudades, donde hay muchas personas pero donde las convenciones sociales no permiten hablar con nadie. Deambulé por las calles y las plazas mirando los escaparates, me detenía a beber café o cerveza y me reía de mis propios pensamientos, de tonterías, o de recuerdos del pasado. A veces sentía una terrible opresión y, al caer la tarde, paseaba por la oscuridad de neón y luego me encerraba en mi habitación, me tendía en la cama sin libros ni solaz y me preguntaba por qué estaba haciendo aquello.
      Más adelante aprendí a encontrar la libertad en mi soledad. En las zonas rurales, donde había pocas personas para juzgarme, sentía que podía hacer lo que me viniera en gana sin tener que pensar en nadie ni consultar a nadie. Pensaba lo que quería, me reía de lo que encontraba divertido y cantaba mientras cabalgaba. Me reinventé a mí mismo y seguí mi fantasma hasta que se desvaneció a lo largo del viaje.
      Aquellos días en Buenos Aires eran el principio de una nueva etapa de mi vida que estaba aprendiendo a recrear.

      Toby Green
      Tras las huellas de Darwin

      21 noviembre, 2011

      Volver a dormir

      Matt Cardy

      Yo no iba a conseguir nunca más dormir del todo. Había perdido, como de costumbre, esa confianza, la que hay que tener, realmente inmensa, para quedarse dormido del todo entre los hombres. Habría necesitado al menos una enfermedad, una fiebre, una catástrofe concreta, para poder recuperar un poco esa indiferencia, neutralizar mi inquietud y recuperar la tranquilidad idiota y divina. Los únicos días soportables que puedo recordar a lo largo de muchos años fueron los de una gripe con mucha fiebre. 

      Louis-Ferdinand Céline
      Viaje al fin de la noche

      12 noviembre, 2011

      Beginners

       Christopher Plummer (Hal)  y Ewan McGregor (Oliver)
      Beginners (Principiantes - Mike Mills - 2010)

      Hal: Bueno, digamos que desde que eras chico siempre soñaste con tener un león. Y esperaste, y esperaste, y esperaste, y esperaste pero el león nunca llegó.  Y de pronto llega una jirafa. Podés quedarte solo o quedarte con la jirafa.
      Oliver: Yo esperaría al león.
      Hal: Por eso me preocupo por vos. 


      Mélanie Laurent (Anna)


      Anna: Podés preguntarme lo que quieras.
      Oliver: ¿Lo que quiera? ¿Qué hay ahí?
      Anna: Ahí hay un árbol. Y autos.  Otro edificio como éste. En el edificio hay gente como nosotros, la mitad de ellos piensa que esto nunca va a funcionar, la otra mitad cree en la magia. Hay como una guerra entre ellos.
      Oliver: ¿Cómo sabés tanto sobre las personas?
      Anna: Bueno, tenés que aprender a leer sus rostros.


      Cosmo (Arthur)

      10 noviembre, 2011

      Crecer

       Henri Roger-Viollet  -  bañándose en el Sena (1935)



      El día que el niño se da cuenta de que los adultos no son perfectos,
      se vuelve adolescente.
      El día que los perdona, se vuelve adulto;
      El día que se perdona a sí mismo, se vuelve sabio.

      Alden Nolan

      05 noviembre, 2011

      Yo se que ver y oír a un triste enfada


      Yo se que ver y oír  a un triste enfada
      cuando se viene y va de la alegría
      como un mar meridiano a una bahía
      esquiva, cejijunta y desolada.

      Lo que he sufrido y nada, todo es nada
      para lo que me queda todavía
      que sufrir, el rigor de esa agonía
      de abocarme y ver piedra en tu mirada.

      Me callaré, me apartaré  (si puedo)
      con mi pena constante, instante, plena
      adonde no has de oírme ni he de verte.

      Me voy amor, me voy, pero me quedo,
      pero me voy, desierto y sin arena.
      Adiós, amor, adiós hasta la muerte.

      Miguel Hernández



      04 noviembre, 2011

      Apostar


      Si uno no apuesta, no tiene chance alguna de ganar. Es una tontería, en la vida, no perseguir los más alto que uno pueda imaginar, incluso si se corre el riesgo de perderlo todo. Porque si uno no lo persigue, lo perderá de cualquier manera. No se puede ser un artista y vivir seguro.  

      Francis Coppola
       
      En la filmación de Apocalypse , now!

      22 octubre, 2011

      El infierno que nos creó

      Chun gwong cha sit / Happy Together (Wong Kar-wai, 1997)


      Entonces pensó que, por mucho que la vida sea incomprensible, probablemente la atravesamos con el único deseo de regresar al infierno que nos creó, y de habitar en el mismo junto a quien, en una ocasión, nos salvó de aquel infierno. Intentó preguntarse de dónde procedía esa absurda fidelidad al horror, pero descubrió que no tenía respuestas. Sólo comprendía que nada es más fuerte que ese instinto de volver donde nos desgarraron, y de seguir repitiendo ese instante años y años. Pensando tan sólo que quien nos salvó en una ocasión puede después hacerlo para siempre. En un largo infierno idéntico a aquel del que venimos. Pero, de pronto, clemente. Y sin sangre.

      Alessandro Baricco
      Sin sangre

      19 octubre, 2011

      Mi viaje de invierno

       Mon voyage d'hiver (Vincent Dieutre, 2003)

      De Tübingen a Weimar, de Dresden a Berlin, cada etapa del itinerario había cubierto la anterior, bajo la urgencia de una helada inminente, de una glaciación general, como si detrás de cada imagen se escondieran a la vez los fantasmas friolentos de mi pasado íntimo (la memoria) y los del inconsciente colectivo (la historia); lo que hace funcionar a esta película es la amenaza de la amnesia, de la desaparición, de este exilio de uno mismo, que ninguna tecnología digital podrá evitar, y que sólo la transmisión y el testimonio amoroso podrán transferir.
      Mi viaje, este invierno pasado, habrá sido para desafiar y llevar a término un olvido central, esta inquietud que yo retomo ahora de Celan: tiempo es de que se sepa, tiempo es de que la piedra pueda florecer, de que en la inquietud palpite un corazón. Tiempo es de que sea tiempo. Es tiempo.

      Vincent Dieutre
       enero 2003

      Itvan Kebadian y Vincent Dieutre

      Corona

      En mi mano el otoño come su hoja: somos amigos.
      Extraemos el tiempo de las nueces y le enseñamos a caminar:
      regresa el tiempo a la nuez.

      En el espejo es domingo,
      en el sueño se duerme,
      la boca dice la verdad.

      Mi ojo asciende al sexo de la amada:
      nos miramos,
      nos decimos palabras oscuras,
      nos amamos como se aman amapola y memoria,
      nos dormimos como el vino en los cuencos,
      como el mar en el rayo sangriento de la luna.

      Nos mantenemos abrazados en la ventana, nos ven desde la calle:
      tiempo es de que se sepa,
      tiempo es de que la piedra pueda florecer,
      de que en la inquietud palpite un corazón.
      Tiempo es de que sea tiempo.

      Es tiempo.

      Paul Celan

      De "La arena de las urnas" 1948
      Versión de José Ángel Valente



      12 octubre, 2011

      Fantasma

      Henry Miller (Paris, 1969)  -  C.Bavagnoli

      Sin embargo, quizás pueda dar una pista si digo que el hombre que ahora soy nació de una herida. Esa herida afectó al corazón. De acuerdo con cualquier lógica humana debería haber muerto. De hecho, todos los que me conocían en otro tiempo me dieron por muerto; caminaba como un fantasma entre ellos. 

      Henry Miller
      Trópico de Capricornio

      04 octubre, 2011

      Madurez

       Boynton Beach, Fla. (Joe Raedle / Getty Images)


      Y entonces me iluminó de repente este pensamiento sencillo y santo: que no tenía que ser ni maduro ni inmaduro, sino así como soy..., que debía manifestarme y expresarme en mi forma propia y soberbiamente soberana, sin tener en cuenta nada que no fuera mi propia realidad interna.

      Witold Gombrowicz
      Ferdydurke

      25 septiembre, 2011

      Una voz o un eco

       Antonio Machado

      Poema XXXVII 

      ¡Oh, dime, noche amiga, amada vieja,
      que me traes el retablo de mis sueños
      siempre desierto y desolado, y sólo
      con mi fantasma dentro,
      mi pobre sombra triste
      sobre la estepa y bajo el sol de fuego,
      o soñando amarguras
      en las voces de todos los misterios,
      dime, si sabes, vieja amada, dime
      si son mías las lágrimas que vierto!
      Me respondió la noche :
      Jamás me revelaste tu secreto.
      Yo nunca supe, amado,
      si eras tú ese fantasma de tu sueño,
      ni averigüé si era su voz la tuya
      o era la voz de un histrión grotesco.
      Dije a la noche: Amada mentirosa,
      tú sabes mi secreto;
      tú has visto la honda gruta
      donde fabrica su cristal mi sueño,
      y sabes que mis lágrimas son mías,
      y sabes mi dolor, mi dolor viejo.
      ¡Oh! Yo no sé, dijo la noche, amado,
      no sé tu secreto,
      aunque he visto vagar ese que dices
      desolado fantasma, por tu sueño.
      Yo me asomo a las almas cuando lloran
      y escucho su hondo rezo,
      humilde y solitario,
      ese que llamas salmo verdadero;
      pero en las hondas bóvedas del alma
      no sé si el llanto es una voz o un eco.
      Para escuchar tu queja de tus labios
      yo te busqué en tus sueño,
      y allí te vi vagando en un borroso
      laberinto de espejos.

      Antonio Machado
      Soledades

      17 septiembre, 2011

      Batallas de amor

      Cándido López - Después de la batalla
      de Curupaytí (1893) [detalle]


      En la escuela nos enseñan a memorizar
      fechas de batallas.
      Pero qué poco nos enseñan de amor.

      Flavio Cianciarullo 
      Los Fabulosos Cadillac
      Mal Bicho (fragm.)

      03 septiembre, 2011

      Red Cliff / Chi Bi

      Chi Bi / Red Cliff (John Woo, 2008)

      Xiao Qiao: Creo que ustedes dos pueden ser grandes compañeros.
      Zhou Yu: Su música me dice que él necesita amigos.
      Xiao Qiao: Tu música me dice que necesitas pelear esta guerra...


       Zhou Yu (Tony Leung) y Xiao Qiao (Chi-Ling Lin)


      Zhou Yu: Si odias la guerra, ¿por qué citas "El Arte de la Guerra"?
      Xiao Qiao: Porque para conocerte debo leer tus libros.


      Zhuge Liang (Takeshi Kaneshiro)

      01 septiembre, 2011

      La felicidad es una gran hazaña

      Vicentico

      Denise TemponeEn sus últimas entrevistas y en muchas de sus canciones usted habla de la felicidad, ¿es una suerte de obsesión íntima?

      Vicentico –(Risas.) Parece una pelotudez pero la felicidad es una gran hazaña, una pelea, una misión. La gente sufre, todos sufrimos, estamos demasiado acostumbrados. Yo lo veo alrededor, todo pasa por ahí. Pasan muchas cosas pero la gente no lo nota, dale con sufrir. No hablo del gran sufrimiento sino lo cotidiano, el cansancio, el fastidio, el no darse cuenta de las cosas. Uno está tan absorbido en esa vorágine que no se da cuenta de que hoy el día está buenísimo, que las plantitas están creciendo, que el sol está hermoso. Cuando uno empieza con la mentira del sufrimiento, se adormece, se vuelve un imbécil. Cuando te despertás de eso –si es que alguna vez te despertás– porque la mayoría de la gente no se despierta, notás que te estás perdiendo el paso por la vida de un modo tremendo. Con solo mirar caras por la calle te das cuenta de que hay gente a la que se le pasa, que se la está perdiendo.

      Denise Tempone Lo suyo es una especie de reivindicación a la sencillez...

      Vicentico  –Es que no pasa porque tengas guita o no tengas guita, porque tengas laburo o no tengas laburo. No tiene que ver con eso y para nada tiene que ver con eso. Puedo dar ejemplos estúpidos sobre el tema, pero no quiero entrar en polémicas. 


      Resto del interesante reportaje a Vicentico en 7 Días.

      28 agosto, 2011

      Hay otras vidas que no son la nuestra

       John Singer Sargent - Hombre leyendo

      Hay ciertos libros capaces de producir lo mismo que nos hace la desgracia, la enfermedad, la muerte, cuando nos pasa cerca, cuando nos semblantea. En ambos casos hacen que nos importe más lo que nos asemeja a las demás personas que lo que nos distingue de ellas. Quizá sea imposible vivir ahí siempre, o incluso estar ahí seguido, pero cuando ocurre es estremecedor, nos queda grabado en el adn. Lo que nos asemeja a los demás por encima de lo que nos distingue de ellos. Lo que aprendemos entre todos es lo más valioso que se puede aprender, porque no lo sabemos solos: sabemos que otro lo sabe también. Esa ceremonia logra Carrère que ocurra en su libro. El juez, la jueza, su viudo con tres hijas pequeñas, la pareja que perdió a su hijita, el aleteo de esa mariposa negra que es la desgracia, y nosotros, los demás. Hay otras vidas que no son la nuestra. 

      Juan Forn
      Que sea éste

      Artículo en Página12

      27 agosto, 2011

      Avril

       Avril (Sophie Quinton) y David (Clément Sibony)
      Avril (Gérald Hustache-Mathieu, 2006)


      Avril [a David]: Es curioso, la única vez que estuvimos juntos fue en el vientre de una mujer que nunca conocimos




      David: Dos que pescan, una que reza... ¡Gracias por estas vacaciones!


      Avril (Sophie Quinton), Pierre (Nicolas Duvauchelle,
      Jim (Richaud Valls) y David (Clément Sibony)


      25 agosto, 2011

      En la sombra


      Cuando llega el momento del mundo al revés y preguntar por qué te asesinan es estar loco, resulta evidente que no hace falta gran cosa para que te tomen por loco. Hace falta que cuele, claro está, pero, cuando de lo que se trata es de evitar el gran descuartizamiento, algunos cerebros hacen esfuerzos de imaginación magníficos.
      Todo lo interesante ocurre en la sombra, no cabe duda. No se sabe nada de la historia auténtica de los hombres.

      Louis-Ferdinand Céline
      Viaje al fin de la noche

      20 agosto, 2011

      Lili Marlene


      ... sí... déjeme pensar... Yo y mi hermana cantábamos "Lili Marlene", yo era chico, de pantalón corto. Pero después la empezó a cantar todo el mundo y nos hartó escucharla tanto...
      ... sí, tengo que admitirlo, es poco democrático, pero me irrita que algo que a mí me guste mucho se haga popular...

      Manuel Puig
      The Buenos Aires Affair

      14 agosto, 2011

      Toast

       Victoria Hamilton (Madre) y Oscar Kennedy (Nigel)
      Toast (S.J.Clarkson, 2010)

      Nigel:  No importa que tan mal vayan las cosas, es imposible no querer a alguien que te hace una tostada. Una vez que has mordido la crujiente superficie llegando a la suave masa del interior, y saboreas la manteca caliente y salada, estás perdido.


      Ken Stott (padre) y Oscar Kennedy (Nigel)


      Nigel: Es asqueroso.
      Padre: Ni siquiera lo has probado.
      Nigel: Está crudo.
      Padre: Mira, Nigel, come y punto. Hay niños en Biafra que darían su brazo derecho por tu plato de pastel de carne.


      Helena Bonham-Carter (Joan Potter) y Freddie Highmore (Nigel)

      Joan: Nunca jamás en la vida has probado un lemon pie como éste, y nunca probarás uno mejor.

      11 agosto, 2011

      Estereotipos

       Antonio Berni - Manifestación (1934)

      En un extremo de la jerarquía global emergente están los que pueden componer y descomponer sus identidades más o menos a voluntad, tirando del fondo de ofertas extraordinariamente grande de alcance planetario. El otro extremo está abarrotado por aquellos a los que se les ha vedado al acceso de elección de identidad, gente a la que no se le da ni voz ni voto para decidir sus preferencias y que, al final, cargan con el lastre de identidades que otros les imponen y obligan a acatar; identidades de las que se resienten pero de las que no se les permite despojarse y que no consiguen quitarse de encima. Identidades que estereotipan, que humillan, que deshumanizan, que estigmatizan…
      La mayoría de nosotros estamos desairadamente en suspenso entre estos dos extremos, jamás seguros de cuánto durará nuestra libertad para elegir lo que deseamos ni para renunciar a lo que nos molesta, ni de si seremos capaces de mantener la situación de la que disfrutamos normalmente, siempre y cuando consideremos que es cómoda y deseemos conservarla.

      Zygmunt Bauman
      Identidad

      02 agosto, 2011

      Los motivos de tus afectos

       Steve McCurry - Korea

      Imitación de la alegría

      Donde los árboles aumentan
      el abandono de la tarde,
      como indolente
      se ha desvanecido tu último paso.
      Apenas se muestra la flor
      en los tilos e insiste en su suerte.

      Un motivo buscas a tus afectos,
      intentas el silencio en tu vida.
      Otra ventura me revela a mí
      el tiempo espejado. Como la muerte
      me entristece ahora la belleza
      que como un relámpago veo en otros rostros.
      He perdido todo rastro de inocencia,
      hasta en esta voz, que sobrevive
      para imitar la alegría.

      Salvatore Quasimodo


      30 julio, 2011

      Sólo un sueño (Revolutionary Road)

      Leonardo Di Caprio (Frank) y Kate Winslet (April)
      Revolutionary Road (Sam Mendes, 2008)

      April:  Decir la verdad, Frank ¿te acordás de eso? Solíamos apoyarnos en eso. ¿Y sabés qué es lo grandioso de la verdad? Todos saben qué es sin importar cuánto tiempo hayan vivido sin ella. Nadie olvida la verdad, Frank, tan sólo se vuelven mejores mentirosos.


       John (Michael Shannon)

      Frank: Nos estamos escapando del vacío sin esperanza de toda la vida, ¿verdad? 

      John:  El vacío sin esperanza... por fín lo dijiste. Mucha gente habla sobre el vacío, pero se necesitan verdaderas agallas para ver la falta de esperanza.

      13 julio, 2011

      Una historia preciosa


      Se había desvelado. Y eso que ante la tele los ojos se le cerraban... Emitían un documental sobre la migración de las ballenas. A Teresa le encantaban los documentales sobre la naturaleza, en especial sobre ballenas y delfines, como aquel. Le gustaban los cetáceos porque, como ella decía, con lo mucho que les costó abandonar el mar, una vez en tierra firme decidieron regresar al agua. Millones de años tardaron en transformarse en cuadrúpedos, y otros tantos en volver a ser peces. Danilo encontraba la historia preciosa, sin saber por qué. "Pues porque cuando uno se equivoca -le explicó ella un día-, hay que saber dar marcha atrás." Y Danilo no supo si lo decía por ellos.

      Niccolò Ammaniti
      Como Dios manda

      17 junio, 2011

      No te amarán como te amaba yo

      Youssef Nabil -  Autorretrato de noche en París (2005)


      Al perderte yo a ti, tú y yo hemos perdido:
      yo porque tú eras lo que yo más amaba
      y tú porque yo era el que te amaba más.
      Pero de nosotros dos, tú pierdes más que yo:
      porque yo podré amar a otras como te amaba a ti
      pero a ti no te amarán como te amaba yo.

      Ernesto Cardenal
      Epigramas

      11 junio, 2011

      La lenta búsqueda de la lucidez

      Li Zijian

      Con cierto alivio se entregó al abandono. Se dijo que todo lo había hecho siempre por alguien, y que ahora que estaba sola bien podía por fin rendirse, abandonarse. Disponía de más tiempo para hacer las mismas cosas, pero la invadía una suerte de pereza, de cansancio, la sensación de desplazarse a través de un líquido viscoso. Acabó descuidando hasta las tareas más sencillas; la ropa sucia se amontonaba en el baño, pero ella, que se pasaba horas echada en el sofá, aun sabiendo que lavarla exigía un mínimo esfuerzo, no veía razón alguna para mover un músculo.
      Pretextó una gripe para no ir al trabajo. Dormía mucho más de lo que necesitaba, incluso de día. Ni siquiera bajaba las persianas, sólo tenía que cerrar los ojos para suprimir la luz, borrar los objetos circundantes, olvidar su cuerpo odioso, cada vez más débil pero no menos tenazmente aferrado a las sombras. Seguía sintiendo el peso de las consecuencias como una losa que la oprimía incluso cuando dormía, y dormir, con un sueño pesado y cargado de pesadillas, le era cada vez más indispensable. Si se le secaba la garganta, tenía la sensación de que se ahogaba; si el brazo dormido le hormigueaba, era que un perro se lo devoraba; si, de tanto dar vueltas, sacaba los pies de las mantas y se le quedaban helados, se veía de nuevo en aquel barranco, hundida en la nieve hasta el cuello. En este caso, sin embargo, casi nunca tenía miedo; estaba paralizada y sólo podía mover la lengua, que sacaba para probar la nieve; la nieve estaba dulce y quería comérsela, pero, ay, no podía girar la cabeza; así que se quedaba quieta, esperando a que el frío le subiera por las piernas y le congelara la sangre.
      Despertaba con la cabeza llena de pensamientos incoherentes. No se levantaba hasta que no había más remedio y la confusión de su mente empezaba a disiparse, no sin dejarle una niebla lechosa, recuerdos de sueños interrumpidos que se mezclaban con los reales y no parecían menos verdaderos. Entonces erraba por el apartamento silencioso como fantasma de sí misma en lenta búsqueda de lucidez. Me estoy volviendo loca, pensaba a veces. Pero no le importaba. Al contrario, sonreía satisfecha, porque por fin elegía ella.

      Paolo Giordano
      La Soledad de los números primos

      02 junio, 2011

      Contemplación

       Edward Weston (Tina Modotti en el balcón, 1923)

      No sé jugar al bridge. No juego al tenis.
      Siento que no tengo tiempo para todas esas cosas que la gente aprende y aprecia.
      Pero para lo que sí tengo tiempo es para mirar por la ventana.

      Alice Munro

      29 mayo, 2011

      Pequeñas cosas



       Guillaume Canet

      "Es sin duda mi filme más personal. Estaba pasando momentos muy difíciles en mi vida, en los que me di cuenta de que no había tomado buenas decisiones ni elecciones. Me había desperdigado mucho en mi trabajo, lo hacía todo sin parar y me había perdido muchas cosas, incluso amigos. El mundo va tan rápido que uno no tiene tiempo realmente de vivir las cosas y digerirlas, todo tiene que ser inmediato, parece que no pudiéramos detenernos y así no podemos disfrutar de las pequeñas cosas que nos aporta la vida. Pensé que ese sentimiento lo podía compartir con el público, hablar de lo importante de la amistad y del amor, de decir a la gente que uno quiere que la quiere antes de que sea demasiado tarde". Se ha puesto algo sentimental Canet, pero lo hace con una sinceridad y una tranquilidad que apabulla, también con una bonita sonrisa en el rostro.