17 octubre, 2013

Poder vernos



Sebastián Basualdo —En Vida de este chico y también en Vieja escuela la literatura aparece como un medio de desdoblamiento y liberación. Hay algo intrínseco en estos personajes que parece ser inquebrantable: su capacidad de admirar.
 

Tobias Wolff —A veces una influencia muy poderosa es aquella que le permite a uno decir: eso es lo que no quiero hacer, yo no quiero ser así. Creo que fui salvado por mi admiración hacia algunas personas que conocí porque me mostraron otra manera de ser, distinta del ejemplo que veía en mi casa. Cuando era joven leía mucho a Jack London y después a Ernest Hemingway. También recuerdo cuando descubrí a Salinger, El guardián entre el centeno. Yo tenía quince años y esa fue una enorme influencia para mí. Escuchar una de esas voces que podrían haber salido de uno de mis amigos o de la gente de mi alrededor. Y de hecho, cuando lo leí yo estaba en una escuela muy parecida a la que Salinger describe. La experiencia de admiración es liberadora. Te da otra manera de ver las cosas, otra manera de “querer ser” y te permite ver quién sos con más objetividad. Siempre necesitamos estar en otro lugar para poder vernos. No nos podemos ver desde donde estamos. Para mí esa es una de las bendiciones de la literatura, que te da un lugar para estar fuera de uno mismo. 

Sebastián BasualdoDe alguna manera, la imaginación y la admiración es un punto de partida para encontrarse a sí mismo, ¿no? Me refiero a ese adolescente de Vida de este chico, que luego terminará siendo un escritor.
 

Tobias Wolff —Creo que todos nosotros cuando estamos creciendo, inclusive también como adultos, estamos en esa lucha por encontrar un sentido en lo que somos, en cómo nos gustaría que nos vean y hasta cómo nos gustaría ser y la percepción de lo que somos.Y esas cosas a veces son difíciles de reconciliar y pueden llevarnos a una “pose” pero hay una virtud en eso porque uno sólo puede ser, o llegar a ser, lo que uno puede imaginar ser. Si no podés imaginarte de una manera, no podés serlo. Así que la vida imaginaria lleva a la vida real de tal forma que uno va por esos pasajes donde te ves atrapado entre lo que fuiste y lo que quisieras ser. Y esa tensión, esa “tierra de nadie”, es un territorio interesante para un escritor, pienso yo. Creo que esa es una de las razones por las cuales tantos escritores escriben sobre jóvenes. Hay muy pocas novelas sobre gente muy grande. Y es porque ellos ya son lo que son. Pero la gente joven está todavía negociando su lugar en el mundo, su realidad.


14 octubre, 2013

Yo no beso

J'Embrasse Pas (André Téchiné, 1991)

Romain: Tienes que entenderlo de una vez por todas. No te estoy cortejando. No estoy enamorado de ti. Odio el amor. La mayoría cree que el amor puede salvarlo todo. Es una superstición estúpida. El amor sirve a sólo un propósito, y es destruir. Mira. La prueba del amor. [le muestra cicatrices en la muñeca derecha]
Pierre: ¿Quisiste matarte?
Romain: No, alguien quiso matarme a mí. Por amor, claro. Dimitri me hizo esto cuando éramos muy jóvenes. El escándalo del barrio.
Pierre: Me importa un cuerno el amor.
Romain: Tienes razón, es aburrido…




Philippe Noiret (Romain) y Manuel Blanc (Pierre)


Romain: Eres tan puta.
Pierre: Soy una puta. Ese es ahora mi trabajo. Eso acabé haciendo.
Romain: ¿Es verdad? ¿Era el único modo en que podías ganarte la vida?
Pierre: Digamos que era el único modo en que podía sentirme libre.
Romain: ¿Disfrutas haciéndolo?
Pierre: Sí, por supuesto. Estoy feliz. ¿No te das cuenta?
Romain: La felicidad no es algo que pongas en exhibición. Eso me recuerda a algo. Ven aquí. Se trata del sacrificio propio. Está en Nietzsche. No estoy seguro de dónde lo dejé. Aquí está. Escucha. [lee] "No hay placer noble que no pueda ser reducido a la prostitución". ¿Te parece tranquilizador?
Pierre: No necesito que me tranquilicen.
Romain: [sigue leyendo] "Dios es la prostituta más grande". Pero ése no es tu campo. "El amor puede surgir de un sentimiento generoso, el gusto por la prostitución, pero pronto se vuelve corrompido por el gusto por la propiedad".
Pierre: Ahórrate el aliento, no entiendo nada de eso.

08 octubre, 2013

Las rosas de la dicha

Jack Kerouac joven 

Me inclino ante todo esto, me arrodillo en el reclinatorio, y salgo y le dedico una última mirada a San Antonio de Padua. - En la calle, las cosas son otra vez perfectas, el mundo está habitado por las rosas de la dicha, siempre, pero ninguno de nosotros lo sabe. La felicidad consiste en comprender que todo es un sueño extenso y extraño.

Jack Kerouac
Viajero solitario