19 marzo, 2017

La prueba


 Mark Horst - Luz alrededor del cuerpo 19 (2013)

Después debería haber pensado: es muy raro lo que pasa. Recibes un golpe, pero nada es irremediable. A veces es tan terrible que sólo quieres morir, pero cuando todo alcanza su punto más aterrador sabes que a pesar de todo en cierto modo estás vivo. Lo sientes. De repente notas una punzada, te quema por dentro y luego persiste, como un pequeño y ardiente punto de dolor. Y de esa forma sabes que estás vivo, a no ser que lo ignores y lo pierdas.
No hace falta creer que todo siempre es felicidad, sólo entender que siempre existe algo mejor que la muerte. Y luego es preciso conservar aquello que dolía. Carece de sentido esquivarlo, y olvidar, eso es lo que hicimos tanto Johannes como yo. Porque entonces, ¿qué es lo que te queda? Si no conservas nada, es que no te queda nada. Y entonces nada de todo aquello que dolía tenía sentido.
Simplemente dolía. Sin ningún sentido. Y, por tanto, no fuiste más que un ser humano sin sentido.
Quizás sea aquello que dolía lo que constituye la prueba de que al final eres un ser humano.


Per Olov Enquist
La biblioteca del capitán Nemo

2 comentarios:

Loli dijo...

Sin dudas es así! Si nada doliera estaríamos muertos...Muy buen texto.

Marxe dijo...

Sí creo que el dolor de la experiencia te hace crecer y sentirte vivo. Lo que hay que evitar es el dolor al pedo, quedarse en el dolor por el dolor mismo, el dolor masoquista, digamos.